Hoy la Iglesia comienza la lectura del Libro del Éxodo. Toda la triste historia de cómo el pueblo de Israel es tratado en Egipto comienza con una declaración simple: “Un nuevo rey, que no sabía nada de José, llegó al poder en Egipto.” Ignorancia.
La primera de las dos fuerzas que impulsan al faraón es la ignorancia. No conoce la verdadera historia de la relación entre los egipcios y los israelitas. Específicamente, ignora el papel de José, quien ha servido como puente.
Esta ignorancia conduce a la segunda y más peligrosa fuerza, el miedo. “Venid, tratemos astutamente con ellos para detener su aumento; de lo contrario, en caso de guerra, ellos también pueden unirse a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y así dejar nuestro país.”
Cegado por la ignorancia y el miedo, el faraón actúa en lo que erróneamente cree que es el mejor interés de su pueblo. Sabemos cómo termina esta historia.
Esta apertura es una advertencia para todos nosotros. Cuando nos dejamos gobernar por la ignorancia y, lo que es peor, el miedo, no tomamos buenas decisiones. Somos incapaces de discernir la voluntad de Dios. Quizás hoy sea un día para preguntarnos, ¿dónde en nuestras propias vidas están la ignorancia y el miedo, particularmente el miedo a aquellos que son extranjeros/diferentes, teniendo aún demasiada influencia en nuestras vidas?